EL VASO MEDIO LLENO
“Hay quien cree que lo único que deseamos en esta vida es no morir pasando desapercibido. Y es por eso por lo que hay tanta gente que se lanza a amar y a crear. Hay quien piensa que pasar la vida de puntillas es una de las peores pesadillas, y que el amor y la belleza hacen posible que no dejemos este mundo sin haber dejado nuestra huella. Después de pensarlo mucho, me doy cuenta de que yo no amo, ni escribo, no sólo por no pasar desapercibida. Lo hago, sobre todo, por qué no sé no hacerlo”.
Anna Altisén
Resulta complejo empezar a escribir cuando uno tiene tanto que contar y a la vez tantas habilidades por mejorar para conseguir transmitir y encandilar. No, definitivamente no soy escritor, ni tan solo un buen lector. Pero sí alguien que necesita expresarse y comunicar, de dentro para afuera. El mundo interior que abarcó toda mi infancia ha acabado siendo mi inspiración en muchos momentos de mi vida, y ha resultado verdaderamente estimulante cuando he tenido que “tocar hueso” hasta llegar a “tocar fondo”.
Jamás imaginé que los aprendizajes y las herramientas de un máster de innovación pudieran ayudarme a reorganizar mi vida en todas sus facetas, y que lo hiciera después de haber acumulado tantos puntos de inflexión por segundo durante el último año y medio. Ahora puedo decir que acerté plenamente casi sin saberlo.
¿Existe alguien que no haya modificado sus hábitos, su conducta, su manera de vivir y comunicarse, o que no haya visto afectada su realidad o existencia en estos últimos tiempos? Sin duda nos encontramos en uno de los momentos más disruptivos de la historia de la humanidad, en un punto de inflexión en que los valores globales han dado un giro de 180 grados y donde, a nivel particular, la resiliencia tal vez sea el principal valor a tener en cuenta para afrontar tal transformación.
Efectivamente, no soy un tipo demasiado distinto al resto. Todos nos hemos preguntado alguna vez en nuestra vida de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Pero rara es la vez que solemos “rascar” en la superficie o bien analizar correctamente el contexto en esa dimensión existencial tan propia y subjetiva.
Eso es exactamente lo que pretendo hacer en esta publicación, con lo que pido disculpas de antemano a críticos, creativos, analistas, psicólogos, storytellers, design thinkers, al comité de expertos en todo y, por supuesto, a mi familia.
1. EL PORQUÉ DE LAS COSAS
Como muchos ya sabéis, soy el padre de Júlia (10) y Pere (6). También soy diseñador de espacios efímeros desde hace 20 años, profesión que considero vocacional y de la que me siento realmente afortunado de haber podido desempeñar una vez finalizados mis estudios de Graduado Superior en Diseño en Elisava-UPF en 2001.
A lo largo de mi trayectoria he podido trabajar con clientes y agencias de primer nivel, y también en proyectos de gran envergadura. Destaco mi etapa entre 2013 y 2019, en la que pude realizar los diseños y el Project management para los stands internacionales de SEAT/CUPRA con resultados destacables.
Pero por encima de cada proyecto realizado y por cada palmadita en la espalda del cliente o de mis jefes (cuando los he tenido), siempre he priorizado a mi familia. Y por lo tanto la tan preciada conciliación ha sido siempre en mi gran reto y objetivo en la vida… Aunque no siempre ha sido fácil, me doy por satisfecho.
Zona cero
Como para tantos, el confinamiento fue mi particular zona cero. Un momento lleno de angustia, de cambios, de parálisis y de incerteza, donde las responsabilidades y necesidades más básicas se convirtieron en prioridades máximas.
En mi caso tuve claro que mi familia ocupaba el primer puesto de la lista, completamente al margen de otros aspectos como podrían ser el profesional, el personal a título individual, incluso el espiritual. Me convertí en un padre casi paramilitar en cuanto a procesos, y también en un osito de peluche al uso y a demanda del resto. No parpadee ni un instante al emprender esa contienda, y sin duda lo volvería a hacer.
Por intuición propia y también por recomendación de allegados, pensé que la mejor opción para proteger a los seres más queridos era trasladarlos a un sitio seguro relativamente lejos de la ciudad.
Paralelamente, mi actividad profesional (truncada radicalmente durante los preparativos del Mobile World Congress a mediados de febrero de 2020) cayó en picado tras la cancelación posterior de un montón de eventos programados para ese año, y sin síntomas de una rápida recuperación del sector a corto plazo.
Fue duro afrontar ese periodo en todos los sentidos, y aún más cuando uno no recibe la ayuda esperada por parte de su pareja y socia en la vida. De ese modo, te acabas convirtiendo en recurso para todo sin poder dedicar ni un segundo a tu bienestar personal. Y eso acaba teniendo inevitablemente consecuencias.
Cuestión de prioridades
Viví en streaming como el teletrabajo lo cambió todo. Los que tenían esa posibilidad no sólo sobrevivían, sino que incluso potenciaban sus carreras profesionales. También ver como mis hijos se desarrollaban en las artes on-line cuando cada día les ayudaba a realizar los 200 millones de tareas encomendadas por sus profesores. Por supuesto ellos siempre antes que yo.
Pero llegó un momento que entendí que debía hacer un click para volver a conciliar mi vida, en este caso a la inversa: debía recuperar mi vida profesional, estudiar de que forma o manera podía relanzar mi actividad. Y aunque no tuve demasiados apoyos en casa, sacaba horas de donde fuera para poder mejorar mi book de proyectos, establecer nuevos contactos y mantener los antiguos, e interesarme por mejorar mis habilidades y conocimientos.
Fue a finales de junio de 2020 y a las puertas de finalizar el confinamiento, cuando empecé a investigar y a ver con buenos ojos la metodología del Design Thinking y cómo se estaba empezando a aplicar al sector de eventos. Entendí perfectamente que la urgencia del momento precisaba de nuevas herramientas que propulsaran nuevos formatos innovadores que pudieran “sacar del pozo” al sector y propulsar nuevamente mi actividad profesional. Fue entonces cuando reconecté con Elisava y descubrí el programa del Máster de Investigación para el Diseño y la Innovación (MIDI).
La terapia psicológica que inicié y el cese de la actividad escolar de mis hijos también contribuyeron enormemente a poder potenciar esas iniciativas. Por un lado, trabajé muy a fondo y realcé mi estado anímico, rebajando la ansiedad producida por el desgaste personal sufrido durante el confinamiento; y por otro, pude disponer de más tiempo para investigar y establecer nuevos objetivos académicos como una nueva oportunidad ante una parálisis del sector eventos que se avecinaba eterna.
A pesar de todo, fui invitado personalmente a participar en un el Concurso de Arquitectura y Diseño para SEAT/CUPRA para la contratación del diseño y Project management para 2021-23, concurso que finalmente ganó la agencia de referencia de Grupo VW, la alemana Mutabor, que rápidamente me contactó para futuros proyectos de colaboración.
Considero que tan sólo fracasé en el intento de mejorar mi relación sentimental mediante terapia, relación bastante deteriorada por efecto del confinamiento y de las pautas desiguales que se establecieron durante la convivencia familiar en aquellos meses. Como siempre, mis objetivos o mis intenciones no tenían sentido si no se veían conciliadas con la familia y para ello la relación sentimental con mi pareja era clave. Pero desafortunadamente no obtuve el apoyo esperado. Al parecer las prioridades de ambos eran distintas o, como mínimo, no estaban repartidas del mismo modo.
Digerir y gestionar el éxito y/o el fracaso
Sin duda podemos considerar que, a lo largo de nuestras vidas, el camino no siempre es recto y hay que ir adaptándose para superar obstáculos y evolucionar. Se producen distintas fases, a veces similares a una montaña rusa, en función del estado anímico, de los éxitos y de los fracasos, y de cómo uno los gestiona en cada momento.
Normalmente sólo nos proponemos esas labores en los peores momentos, cuando nos revolcamos en el barro. Pero no es menos cierto que también deberíamos ser capaces de digerir y gestionar el éxito con el objetivo de protegernos de nuestro propio ego ya que puede llegar a ser el peor de nuestros enemigos.
No ver más allá del objetivo (como si de una zanahoria para una mula se tratara), sin tener en cuenta el contexto ni los mecanismos para conseguirlo, puede llegar afectarnos negativamente. Hasta el punto incluso de perder el mundo de vista y desconectarnos del motivo inicial que nos impulsó a tener ese objetivo.
La conciliación nos permite mantener el equilibrio necesario para no perder nunca de vista los motivos iniciales y el contexto, y establecer una ética basada en la empatía donde el fin y los medios estén en armonía. El “todo vale” no es aceptable para mí, a pesar de seguir siendo el claim principal para sociedades supuestamente evolucionadas como la de EEUU.
Desafortunadamente, mi ya expareja (2009-2021) no tuvo en cuenta estos parámetros y se quedó sólo con la zanahoria. A pesar de todo, le deseo mucha suerte en su nueva aventura (creo que la va a necesitar).
Resiliencia
Sin ánimos de querer dar lecciones a nadie, y más después de todo lo acontecido durante la pandemia, considero que la resiliencia debería ser el atributo indispensable o el aprendizaje básico para cualquiera de nosotros en estos días.
En mi caso, considero que así ha sido en todo momento a lo largo de mi vida, y todavía más en este último año y medio. Han sido tantos y tan drásticos los puntos de inflexión que he vivido… y que sólo son soportables cuando uno tiende a resistir pese a todo, buscando siempre la mejor opción y basándose fielmente en su intuición ante los momentos de pánico o ante cualquier tesitura. Sacando la energía de donde sea que esté. Ser padre propicia ese tipo de cosas ya que establece un orden de prioridades incuestionable e irrenunciable, eso facilita las decisiones en gran medida.
2. NUEVAS OPORTUNIDADES
Elisava: Un año y medio académico
Como ya he comentado anteriormente, una de mis grandes decisiones fue reciclar y reorientar mi carrera profesional teniendo en cuenta la parálisis que sufrió el sector de eventos. No estaba escrito en ningún lado y de pronto me vi cursando 3 titulaciones al mismo tiempo.
El MIDI era mi objetivo principal para poder adquirir nuevos conocimientos y herramientas que me permitieran crear y desarrollar nuevos formatos para futuros proyectos de eventos. Entendí que la metodología del Design Thinking era la idónea para generar nuevas ideas, nuevos procesos, superando la barrera a la que se ve expuesto un diseñador de espacios efímeros al que le hacen un encargo mediante un briefing. Era la oportunidad de aprender a pensar y a diseñar a otro nivel, con la mente abierta a encontrar otros caminos y no sólo destinada a resolver.
Debo añadir que durante el segundo semestre del MIDI (Design Thinking), pude realizar un match muy interesante entre mi actividad académica y mi actividad profesional ya que pude proponer e introducir en el programa del máster a SEAT/CUPRA en base a un convenio pactado con Elisava y aprobado previamente por Jorge Rodríguez (Director del MIDI).
Por otro lado, también me convenció la idea de cursar el Mention In Research (MiR) que me propusieron desde Elisava justo el día en que me estaba matriculando del MIDI. El MiR no sólo me otorgaba la posibilidad de adquirir créditos adicionales, sino que me dotaba de conocimientos y técnicas adicionales para poder realizar comunicaciones científicas basadas en el diseño o sus hallazgos. No dejaba de ser una puerta abierta para poder realizar un doctorado en un futuro.
Pero para ello también era necesario realizar el Curso de Retitulación al Grado (CRG) y así poder obtener los créditos necesarios. Curso que por cierto ya había intentado acceder en ocasiones anteriores sin éxito por motivos diversos. Además, la presente edición fue anunciada como la última que se autorizaba desde el Ministerio de Educación para los estudiantes que, como es mi caso, cursamos el Graduado Superior en Diseño bajo el plan de 1995 o 2001.
Actualmente estoy a punto de terminar el MIDI (julio 2021) y el MiR (septiembre 2021), habiendo cursado ya 2 de los 3 trimestres del CRG y a falta de realizar el Trabajo de Fin de Grado (TFG) en otoño de este mismo año. Será el momento también de realizar el curso y los exámenes del First Certificate de Cambridge para poder obtener el certificado requerido por Elisava para poder obtener la titulación del Grado en Diseño (junio de 2022).
El Doctorado: una opción más
Después de haber sido asesorado por Albert Fuster (Director académico de Elisava), Laura Clèries (Elisava Research), Jorge Rodríguez (Director del MIDI), Rafael Pozo (Director del MiR) y otros profesores de Elisava, entiendo que la opción del doctorado pasaría siempre por un programa basado en el Practice Based (previsto para arquitectos, ingenieros, o diseñadores como es mi caso).
Los programas para Doctorados Prcatice Based establecen como válidos los artículos y publicaciones que, como su propio nombre indica, están basados en dibujos y esquemas que complementan el contenido escrito. Esta circunstancia facilita enormemente la labor de investigación y desarrollo de los proyectos que se proponen en los programas por parte de sus integrantes y, sobre todo, en la elaboración de las tesis doctorales.
En el caso de decantarme por esta opción, debería poder desarrollar previamente un proyecto innovador con el objetivo de poder ser apadrinado por un director de tesis y de ese modo poder acceder y aplicar a alguno de los programas disponibles.
En ese sentido, mi intención es poder desarrollar el TFG con esa finalidad en otoño de 2021, utilizando los contenidos y aprendizajes del MIDI, el MiR y el propio Curso de Reticulación, y de ese modo empezar a sondear los distintos programas Practice Based como los que se desarrollan en el RMIT (https://www.rmit.edu.au/about/schools-colleges/architecture-and-urban-design/practice-based-research) o en el CMU (https://www.design.cmu.edu/content/phd).
Lo que está por ver es si los plazos para poder realizar la solicitud al doctorado (febrero de 2022) y la obtención de la titulación del Grado en Diseño (junio de 2022) me van a permitir aplicar y optar a una plaza para poder iniciar el doctorado en 2022, o bien tener que posponerlo para 2023. En ese caso, sería una puerta que dejaría abierta para más adelante.
El Trabajo de Fin de Grado (TFG): Presentación
Teniendo en cuenta la situación actual de la pandemia y la consiguiente crisis socioeconómica, la tendencia decreciente en los últimos años de los lenguajes expositivos mostrados en las ferias, y la necesidad inequívoca de cumplir con los ODS de la agenda 2030, nos encontramos en un momento en el que es fundamental reflexionar y transformar un sector que, por otro, lado aportó grandes ingresos a las economías públicas y privadas, tanto a nivel local como internacional.
Este proyecto pretende estudiar un caso concreto como el de SEAT/CUPRA (con la ayuda de sus departamentos de Marketing, Comunicación y Estrategia), con el fin de ofrecer soluciones y nuevas estrategias que permitan la evolución y transformación de los formatos habituales utilizados en el pasado (Motorshows) para exponer y vender su producto en base a una experiencia de usuario.
El objetivo sería establecer propuestas innovadoras y pioneras que sean capaces de añadir nuevos valores de marca (movilidad, diversidad, sostenibilidad, digitalización) a través de nuevos formatos y canales de comunicación, y con una clara directiva hacia los formatos phigital e híbridos.
Aprovechando los aprendizajes del MIDI y al margen de las soluciones resultantes, pretendo realizar una revisión exhaustiva durante el periodo vacacional para poder extraer, recopilar, analizar y ampliar toda la información que pueda ser válida y que justifique el proyecto.
Este caso, que pretende ser pionero, a la larga podría ser aplicable a otras marcas con objetivos similares, aunque no formaran parte del sector de la automoción, sería siempre la de transformar y evolucionar el sector de eventos y exposiciones.
Futuro profesional y conciliación familiar
Se nota en el ambiente que las propuestas para volver a colaborar en eventos están empezando a “llover”. Desde posible colaboración con Mutabor para finales de agosto en IAA Munich 2021 hasta grandes proyectos para principios de 2022, es todo un suma y sigue.
Muchas agencias ya están trabajando en ello para situarse en la pole de salida cuanto antes. La mayoría ha revisado y aplicado sus protocolos de seguridad sanitaria, algunas lo están haciendo con todo lo referente sostenibilidad, pocas miden y analizan correctamente el retorno de los eventos que gestionan, y casi ninguna emplea herramientas de innovación para crear y generar nuevas experiencias.
Es en ese nicho donde yo quiero estar sin descartar el resto del proceso, es decir, el diseño y la gestión de los proyectos hasta su entrega. Mi vocación se debe a los eventos, pero mi futuro profesional depende de la innovación y de los procesos creativos que pueda llegar a desarrollar, léase lo intangible.
En eso estamos y en eso estaremos. Pero siempre sin olvidar quienes son las prioridades fundamentales, ahora más que nunca.
Júlia i Pere, us estimo molt!!
Va per vosaltres!!
Otros agradecimientos:
A Albert Fuster (Director Académico de Elisava), Santiago Albert (Director de Másters y Posgrados de Elisava), a Rafael Pozo (Director del MiR), a Laura Clèries (Elisava Research), a Danae Esparza (Coordinadora del CRG), y a Albert Montull (Director de Calidad Académica de Elisava).
A Jorge Rodríguez y a Daniel Zentgraf (Director y Director adjunto del MIDI) por todo vuestro apoyo y por ayudarme en todo momento.
A los profesores del MIDI Carla Montané, Soledad Fernández, Raül Tidor y Toni Colomer, ya que con ellos me sentí como entre amigos. Os agradezco vuestros consejos y muchos momentos felices y no tan felices.
A los integrantes de los 2 equipos con quienes he tenido el placer de compartir desafíos: Equipo Poitee (Chris, Lau, Cata, Ine), y Grupo NAU (Marga, Rou, María e Ine de nuevo). Os doy mil gracias por haber podido aprender tanto de vosotras y por todo el apoyo y paciencia que habéis mostrado conmigo durante este máster. Sois imborrables.
A la Fundación Portolà (Maria José, David, María, Iris, Aracel·li), y a SEAT/CUPRA (a Jaume Rabassa, y muy especialmente a Julia López Huidobro a quien creo que nunca le podré llegar a agradecer totalmente toda la confianza depositada en mi).
A Magda Oranich, y a Ramon Torra. A mis amigos Joaquín, Jordi, Víctor y Agus. A toda mi familia, y en especial a mi madre Conxa. Por haber estado siempre a mi lado incondicionalmente sobre todo en los peores momentos. Os quiero un montón!!
Muchas gracias a todos!!
